Hay escritores terrenales y otros que no lo son. Tomemos por caso a Borges, de cuya muerte acaba de cumplirse por estos dias un nuevo aniversario. Borges era un hombre mas cercano a las altas esferas del pensamiento que a la triste realidad del suelo, él sentia que las ideas mas que los seres humanos era lo que le importaba, para él la realidad era, apenas, una excusa, una justificacion que le permitia salir de aqui, lo real, e ir alli, lo imaginario, donde todo era como debia ser.
Tal vez por eso, en Latinoamerica en general, y en Argentina y Chile en particular, se considera que Neruda es la contracara como poeta de Borges: porque Neruda, el gran premio Nobel chileno de 1971, supo ver la tierra y contarnos todo lo que habia sobre ella y tambien debajo de ella (a traves de sus inolvidables poemas elementales).
Los poemas de Neruda no son, como los de Borges, complejas tramas donde se habla del rio de Heraclito o de un anciano sentado en un banco mirando el Rodano mientras piensa cuando fue la primera vez que estuvo alli con su familia; no, los poemas de Neruda hablan de cosas simples, cosas tan simples como exquisitas, cosas como naranjas, bellas, tiernas y jugosas naranjas que él probo de niño y que siguio, por supuesto, comiendo de adulto con una pasion de niño.
Hoy, por supuesto, los niños de, por ejemplo, .Valladolid, no entienden a Neruda porque no han probado verdaderas naranjas, porque las naranjas que comen no son naranjas naturales como aquellas que comimos nosotros y nuestros padres y los padres de nuestros padres, naranjas verdaderas y no criadas en oscuros laboratorios.
Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada. La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores.
Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; hoy es posible, repitamoslo, comprar naranjas valencianas similares a las narradas por Neruda solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Si usted vive en Valladolid y quiere comprar naranjas valencianas verdaderas, grandes y jugosas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores: http://www.naranjasdelmijares.com/

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