Las alegaciones de la Cámara al Proyecto Rogers critican la falta de un plan de movilidad La institución presentó ayer un informe en el que asegura que el «débil» análisis realizado no prevé los efectos de los nuevos barrios y los equipamientos de transporte previstos La Cámara de Comercio e Industria hizo públicas ayer las alegaciones que ha presentado al Plan Rogers en base a un informe técnico elaborado por un equipo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valladolid (UVa) compuesto por dos arquitectos, un ingeniero de caminos, un geógrafo especializado en transporte ferroviario y un abogado especializado en la economía inmobiliaria. El coordinador de este equipo multidisciplinar, el profesor Juan Luis de las Rivas, aseguró que no han detectado «ningún gran problema» en el planteamiento de Rogers y sí «muchos elementos positivos». De cualquier modo, el informe final incorpora una serie de recomendaciones entre las que destaca la elaboración de un plan de movilidad que sirva para completar el «débil» análisis que, a su juicio, se realiza en la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Según el informe, el Plan Rogers no evalúa con exigencia «los efectos funcionales de la entrada en servicio de los nuevos barrios y de los equipamiento de transporte proyectados» (estaciones). De las Rivas hizo especial hincapié en el futuro barrio de Argales y en la barrera que se crearía entre este espacio y otras zonas residenciales, como La Rubia o Parque Alameda de no prolongar el soterramiento de las vías «en la mitad norte del tramo», como ya han pedido en repetidas ocasiones partidos políticos y asociaciones vecinales de las zonas afectadas. El coordinador de este informe aseguró que esta barrera sería más «grave» que la actual, que sólo separa un polígono industrial de un barrio residencial. También dentro de la movilidad, De las Rivas pidió que se tengan en cuenta las conexiones transversales y los cruces de esta «espina dorsal», de los que «a veces se olvida» el Plan Rogers. Desde el sur al norte, entre estos «nodos conflictivos» destaca la petición de un nuevo diseño en la rotonda de San Agustín, «uno de los principales accesos a los polígonos de Argales y San Cristóbal» para el que se solicita la eliminación del cruce al mismo nivel. El presidente de la Cámara de Comercio e Industria, José Rolando Álvarez, que presentó el informe junto a De las Rivas, se quejó de que en Valladolid «el camino más corto para ir a un atasco es la ronda», por lo que pidió que se hagan pasos a distinto nivel para evitar estos «cuellos de botella». Además, el informe pide que se mantenga el paso inferior de San Isidro, «permitiendo el cruce en su cota sólo a los vehículos de tránsito local». Del mismo modo, el informe solicita que se solucione de un modo «más eficaz» el extremo norte del Corredor Verde para que se redefina la conexión entre los nuevos barrios del este y con la «ciudad consolidada» del oeste y para que se le dé continuidad hacia el campus universitario. «Por ahí va una pista para ciclistas, un corredor peatonal muy importante y los autobuses, ¿qué relación tiene esto con la Universidad? Esto no está del todo aclarado, parece que los autobuses van más hacia los barrios y a la Universidad la tienen un poco olvidada», aseveró De las Rivas. Transporte público. Dentro del planeamiento de movilidad del futuro Valladolid, el transporte público jugará un papel muy importante, por lo que la Cámara de Comercio instó a «aprovechar la ocasión» para volver a estudiar este aspecto. «Es evidente que el transporte público hay que pensarlo en términos metropolitanos porque los vallisoletanos viven fuera y trabajan dentro, lo que genera un gran movimiento», dijo Álvarez. Según él, es «muy importante» tener en cuenta este tema para evitar que el centro pierda actividades económicas en favor de la periferia de la ciudad. Así, pidió que ese transporte público tenga una plataforma dedicada, como sucede en otras ciudades de Europa similares a Valladolid. El documento habla de transportes tipo tranvía, metro ligero o autobús mejorado. «Cuando llueve los autobuses tienen la misma velocidad comercial que los coches, cero, porque están en un atasco, y esto es muy ineficiente», reconoció. Texto tomado del periódico: "El día de Valladolid".
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