Tribunales Los dos acusados de asesinar al joven francés se declaran inocentes y se culpan entre sí Julio O.A., supuesto autor material de las puñaladas, afirma que vio a su amigo Marcos G. sacar una navaja cuando corrían hacia el joven galo · Éste lo niega y acusa de todo a "Julito" Acusaciones mutuas y confusión en la primera sesión del juicio por la muerte del joven francés que fue asesinado de tres puñaladas en la calle Teresa Gil en la madrugada del pasado 2 de febrero. Julio O.A. (de 17 años y conocido por "Julito") y Marcos G. (de la misma edad y al que llaman "Marquitos") son los dos únicos procesados por estos hechos, pero ayer ambos echaron balones fuera y proclamaron ante el juez su inocencia, al tiempo que le trataban de colgar a su "amigo" (al menos antes de aquella noche de febrero eran íntimos) el cartel de asesino. Sólo se pusieron de acuerdo para afirmar que ninguno de ellos participó en el incidente inicial de Mambo, cuando alguien tocó el culo a una chica del grupo de amigos en el que estaba el joven galo, y para asegurar que fueron a por Guillaume M.V.T. porque este les hizo «un gesto provocador». De partida, el supuesto autor de las puñaladas es "Julito". Así lo cree el fiscal del caso y así aparece en su escrito de calificación. Se le acusa de un asesinato por el que se pasaría los próximos ocho años internado en régimen cerrado y dos más en situación de libertad vigilada -la acusación particular eleva esta petición a cinco años-. El papel de "Marquitos" sería el de un cómplice o encubridor, por lo que se le reclama una pena de dos años de internamiento. La primera sesión del juicio, que continuará hoy con la declaración de una docena de testigos, se prolongó durante tres horas, tiempo en el que prestaron su testimonio los dos acusados y el padre de Guillaume Mathieu V.T. La versión de los hechos aportada por "Julito" y "Marquitos" es casi la misma hasta el momento en que ambos se sitúan, en compañía de un tercero, corriendo tras el joven francés, que se encontraba cerca de la librería Oletvm. Ahí es donde introducen los matices para tratar de buscar su exculpación. Así, Julio O.A. asegura que los tres corrían hacia Guillaume, que Marcos G. iba el primero y que le vio sacar una navaja durante esa persecución para, finalmente, acusarle directamente de las tres puñaladas, tal y como explicó a la salida de la vista oral el abogado defensor de Marcos G. Este juicio se está desarrollando, por orden del juez, a puerta cerrada para así preservar la intimidad de los dos menores acusados. Al parecer, "Julito" reprodujo ayer la que fue su segunda versión durante la fase de instrucción. En la que ofreció en febrero, cuando se entregó, afirmó no saber nada. En la segunda, efectuada en abrir a petición propia, ya acusó de los hechos a Marquitos y aseguró que la navaja era de su amigo, pues en un botellón sí había visto que la novia de Marcos G. llevaba en su bolso dos armas blancas. En cambio, el otro acusado no llegó a ver ninguna navaja aquel día. Reconoció que se fue hacia el joven francés en compañía de otros dos amigos y que el primero en alcanzar a Guillaume, fue el propio "Julito" aunque Marcos G. no llega a ver el apuñalamiento. «Declara que al llegar a la víctima, justo después, inician la huida en dirección contraria pues "Julito" grita "vámonos"», detalló su letrado. La anécdota de la jornada la protagonizó el propio Julio O.A. quien, a su salida de los Juzgados en un coche policial y esposado, no dudo en saludar con sus manos a los periodistas que aguardaban en la calle Torrecilla.
EL JUEZ DESALOJÓ A LA PRENSA PARA PROTEGER LA INTIMIDAD DE LOS MENORES El juicio por la muerte del joven francés en plena calle Teresa Gil generó una gran expectación en la sede central de los Juzgados, en donde se celebró ayer la primera de las tres sesiones previstas para esta vista oral. Junto a la sala 5, en la que se está desarrollando este juicio, se dio cita una docena de cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas para informar de lo acontecido en una vista que, por tratarse de un caso de menores, se celebra a puerta cerrada. También se desplegó en este edificio un dispositivo policial para evitar posibles altercados entre las familias de las víctimas y de los acusados, aunque no hubo que lamentar incidentes, toda vez que Julio O.A. ("Julito") y Marcos G. ("Marquitos") sólo estuvieron acompañados en el juicio por sus madres; en el caso de la familia del joven francés asesinado, se desplazaron hasta Valladolid los padres y otros parientes, pero no cruzaron ni una palabra con los dos acusados. Sólo fue necesaria la presencia de la Guardia Civil instantes antes de la conclusión de esta primera sesión, cuando un agente tuvo que comunicar a los periodistas que el juez había ordenado que fuera desalojada toda la prensa del edificio de los Juzgados para evitar que se grabaran imágenes o se tomaran fotografías de los dos acusados, ya que se trata de menores y la legislación exige que se preserve en todo momento su intimidad.
Texto tomado del periódico "El Día de Valladolid".
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